Mitos del sexo anal

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1. ‘Si lo haces, eres gay’ (en hombres)

La conducta sexual no tiene nada que ver con la orientación sexual. Una persona heterosexual puede mantener relaciones sexuales con personas de su mismo sexo y no ser homosexual; o al revés, una persona homosexual puede tener relaciones sexuales con personas del sexo contrario y no considerarse heterosexual.

Prohibido entrar

2. El sexo anal es como en las películas porno

El sexo anal en las películas porno es lo más fácil del mundo. Da igual que la actriz salga a escena con el ano sin dilatar, el enorme pene de su compañero de reparto va a entrar sin dificultad alguna. Respecto a esto, tengo una pregunta que haceros, ¿realmente creéis que Superman vuela de verdad? Pues ya lo sabéis.

Chica sexy

3. Si quisieran, todos los hombres disfrutarían con el sexo anal

Igual que no todas las mujeres disfrutan con la masturbación, el sexo oral, la penetración o cualquier otra práctica, los hombres no tienen por qué disfrutar a la fuerza porque se suela decir que al tener ‘la próstata’ cerca (o el conocido punto ‘P’), si se estimula, obtendrá placer. Cada cuerpo y cada motivación a realizar encuentros eróticos es un mundo. Por ejemplo, hay mujeres que no disfrutan con ninguna estimulación sexual porque tienen una barrera emocional que les impide disfrutar. Por esto, hay que tener en cuenta que las limitaciones no son siempre algo a nivel físico y que el sexo no es una cuestión anatómica o genital.

Próstata masculina

4. El sexo anal interesa más a hombres que a mujeres.

Afirmar esta creencia es como admitir que a todas las mujeres nos gusta el rosa y a todos los hombres el azul.

Hombres y mujeres

5. El sexo anal ha de gustarme

En absoluto ha de gustarte a la fuerza porque te hayan dicho que es placentero o “que no lo has realizado bien”, de la misma manera que tampoco ha de gustarte cualquier otra práctica sexual.

Ehhh... no

6. Las mujeres no alcanzan el orgasmo con el sexo anal

Hay bastantes mujeres que confiesan haber tenido el orgasmo más intenso de su vida mientras practicaban sexo anal. El ano tiene numerosas terminaciones nerviosas que se pueden estimular durante la penetración, ayudando, como en este caso, a intensificar el orgasmo. Que ‘pueda’ no significa que ‘deba’.

Oh sí

7. El sexo anal es sucio

Es normal pensar que, al ser el ano un orificio de salida de excrementos, el sexo anal es algo sucio. Sin embargo esto no es así. De hecho, si sueles ir todos los días al baño, es muy probable que el recto quede limpio. Sólo lavando el ano (que no el recto) con un poquito de agua y jabón sobraría. Hay quien se realiza duchas anales, pero esto no es muy recomendable si no quieres estar yendo al baño cada dos por tres.

Por otra parte, hay que poner atención al peligro de practicar sexo vaginal después de haber practicado sexo anal sin una higiene íntima adecuada, ya que puede ocasionar infecciones vaginales, dada la incompatibilidad de bacterias que se hallan en el recto con las que están en la vagina. Lo mejor es lavar la zona ‘después de’ y utilizar otro preservativo distinto.

Puagh

8. El sexo anal duele

Muchas personas que llevan a cabo su primera penetración anal para saber qué se siente o por curiosidad, lo hacen de manera incorrecta por desinformación e inexperiencia, por ello, muchas veces ésta resulta dolorosa y no quieren volver a intentarlo de nuevo. Lo que no saben es que el sexo anal no tiene por qué doler si se realiza de forma correcta: con paciencia, lubricante de silicona y estimulando otras zonas placenteras como por ejemplo el clítoris (en caso de ser mujer) o el pene (en caso de ser hombre).

Estamos acostumbrados a que una penetración sea rápida y lubricada porque tomamos como ejemplo la penetración vaginal, cuyo conducto se dilata y lubrica de forma natural, sin tener que forzar la entrada del pene o juguete sexual. Sin embargo, cuando pasamos a realizar sexo anal con la misma metodología, pocas veces funciona, y es que el ano no lubrica ni se dilata para que entren cosas si no para que salgan. El funcionamiento es muy distinto. Es más, si nunca se ha realizado sexo anal, es normal que en cuanto se intente estimular el ano, éste se cierre automáticamente impidiendo el paso total de cualquier cosa que quiera introducirse en su interior. Por eso, el acercamiento ha de ser mucho más lento y progresivo.

También hay que tener en cuenta que el recto es un músculo que se contrae con la finalidad de contener el paquete fecal antes de expulsarlo. Por lo tanto, si no hemos ido al baño en mucho tiempo, el recto permanece contraído  y la penetración resulta dolorosa.

Se puede estimular el ano con caricias, con la lengua, con el pene o con juguetes pensados para la penetración anal: dildos, plugs, anales, dilatadores, bolas tailandesas, etc.

Bolas anales

9. Si en una relación hay sexo anal es porque los cónyuges no se quieren

Hay personas que, como decíamos antes, además de considerar ‘sucia’ la práctica, no la tienen normalizada porque no la consideran ‘natural’ sino un vicio. Con esto se refieren a que sólo sirve para obtener placer y no para procrear y tener hijos/as, por lo que no pertenece al conjunto de prácticas llevabas a cabo por la idea romántica de pareja heterosexual que se ama, cuyo objetivo es formar una familia, ser felices y comer perdices. Evidentemente esta idea es irracional ya que, por ejemplo, el sexo oral tampoco es una práctica que sirva para procrear y sí está normalizada como parte del sexo romántico.

Vampiros

10. Te convierte en sumiso/a

Es cierto que la postura para realizar sexo oral te deja totalmente a merced de la pareja, sin embargo esto no implica que seas menos que ella o que estés dispuesto/a a hacer cualquier cosa. Cualquier práctica sexual ha de ser consensuada por los participantes.

Consenso

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