Cuando una pareja está esperando un bebé parece ser que una faceta de su vida ya no tiene cabida: la interacción sexual. Muchas mujeres deciden renunciar a su sexualidad, pensando que sexualidad y embarazo no combinan bien y muchos hombres suelen quejarse de ello.
Vamos analizar el por qué ocurre esto y romper algunos mitos.
Si viene es cierto que el embarazo es un período de cambios físicos, emocionales y psicológicos en la mujer que es la que vive el proceso en primera persona, su pareja también es partícipe del proceso y es una etapa donde la comunicación es imprescindible para que la pareja pueda empatizar con todos los cambios, sentimientos y emociones que van aflorando.
¿Por qué creemos que embarazo y sexo no tienen cabida?
Fundamentalmente porque asociamos la interacción sexual con la penetración. La mujer embarazada que renuncia a su sexualidad lo suele hacer porque tiene miedo de que el coito pueda dañar al feto. Pero curiosamente, los hombres suelen ser los primeros en tener miedo de hacer daño al feto y al ver a la mujer más vulnerable durante esta etapa.
Pero realmente el feto en el útero está bastante lejos de la cavidad vaginal y además muy protegido. Por tanto, habría que ser muy "bestia" para hacer daño al bebé que está esperando.
Puede darse el caso de que los roles socialmente designados anulen el de amante, desde el embarazo, por lo tanto, mucho antes de ser madre.
También hay aspectos estéticos que no podemos obviar, como que muchas mujeres no se sienten atractivas con la barriga.
Podemos tener relaciones sexuales durante el embarazo?
Definitivamente sí. Relaciones sexuales no sólo implica penetración así que podemos poner en marcha el imaginario erótico y para aumentar nuestro deseo. Además si tenemos un embarazo sin complicaciones, podemos tener relaciones sexuales con penetración, hasta el último día.
Etapa a etapa
Primer trimestre
En los primeros meses del embarazo, muchas mujeres evitan el sexo, simplemente porque la novedad las abruma. A ello se suman los típicos problemas del principio, como el cansancio y las náuseas. Al menos en las primeras semanas, muchas mujeres tienen miedo de que el sexo pueda perjudicar el embarazo, que se encuentra todavía en un estado frágil. Sin embargo, ocurre todo lo contrario: al principio de la gestación, los órganos de la pelvis están mejor irrigados, lo que es bueno para el deseo. Incluso muchas llegan más fácilmente al orgasmo. Y precisamente por las parejas a las que les ha costado un tiempo conseguir el embarazo, el sexo ahora es más relajado. Por ello, la delicada primera etapa de la gestación puede convertirse en un momento de intenso placer.
Segundo trimestre
Desde la semana 16 hasta aproximadamente la 30, muchas futuras madres se sienten especialmente bien, ya que su cuerpo se ha acostumbrado a la nueva situación y se ha vuelto más femenino: el pecho crece, las formas se redondean más. Y la panceta aunque es "manejable". Todo ello suma buenas condiciones para el placer. Pero justo el día en que sienten por primera vez al bebé, crecen las dudas: como recibe el pequeño el sexo? Le molesta? ¿Se siente presionado a ponerse la barriga dura durante el orgasmo?
También los futuros padres sienten ahora que hay un tercer en la cama. A veces tienen la impresión de que ellas sólo se preocupan del pequeño y ellos han quedado relegados a un segundo lugar. Y a menudo tienen miedo de hacer daño al bebé. Hacer el amor no puede hacer daño al bebé.
Dato médico: El orgasmo femenino se produce en el útero y durante un breve tiempo la placenta proporciona menos sangre al bebé. Sin embargo, esto supone un entrenamiento para su circulación sanguínea y no es de ninguna manera algo que pueda hacer daño al pequeño, que está protegido por el líquido amniótico y por la pared muscular del útero. Tampoco hay que tener miedo de que pueda resultar herido durante el sexo: el tapón mucoso cierra la entrada en el cuello del útero e impide que el semen pueda llegar.
Último trimestre
A partir de la semana 30 será más difícil encontrar una postura cómoda:
- La postura del misionero (hombre encima de la mujer) puede resultar más difícil.
- Suele ser más cómodo para la embarazada ponerse encima del hombre (sentada o tumbada) o que la penetración se haga desde atrás (es decir, tumbados con el hombre abrazando la espalda de la mujer o con la mujer a cuatro patas). En este último caso, la penetración puede ser más profunda, por lo que conviene ir más despacio.
La proximidad corporal es especialmente importante durante el embarazo, lo que no significa que sea necesario siempre mantener relaciones sexuales con penetración. Las caricias, y los masajes tiernos también cuentan.
En la mayoría de los hombres la barriga les parece erótica (contrariamente a lo que piensan las mujeres).
Dato médico: las contracciones uterinas que se producen con el orgasmo son muy suaves y no pueden adelantar el parto. Aunque durante la eyaculación se segrega la hormona prostaglandina (que ablanda el músculo uterino y lo prepara para las contracciones), la cantidad es tan pequeña que no estimula las contracciones. El sexo antes del parto es una buena manera de calmar al bebé, porque relaja y genera buen humor.
¿Cuándo hay que evitar la interacción sexual?
Hay riesgos que pueden hacer necesario renunciar al sexo. Consulta-con tu ginecólogo en los siguientes casos:
- Si el orificio uterino se abre antes de tiempo. No se trata de un riesgo en sí mismo, pero durante las relaciones sexuales se pueden producir infecciones que dañen la bolsa amniótica. Y esto puede dar lugar a un aborto o un parto prematuro.
- En caso de amenaza de aborto o de parto pretérmino.
- Si sangras o manchas.
- Si tienes contracciones antes de lo normal, que anuncian un parto prematuro.
- Si se han detectado algún problema en la placenta: insuficiencia placentaria, placenta previa.
- En caso de riesgo de parto prematuro en los embarazos múltiples.
- En caso de enfermedades como la diabetes, el asma o los problemas cardíacos.
- Si él o ella tienen alguna infección genital.
- Si se produce una rotura prematura de la bolsa amniótica.
RECORDAMOS: LA INTERACCIÓN SEXUAL NO SUPONE NECESARIAMENTE EL COITO. SE PUEDE DISFRUTAR DE UNA SEXUALIDAD PLENA DURANTE EL EMBARAZO Y NO POR ESO PRACTICAR LA PENETRACIÓN.